miércoles, enero 04, 2006

 

Empresario del año

Si presentar amigos ante el gobierno, para que puedan hacer buenos negocios, facilitados desde el poder, le parece patriótico, entonces es normal que Genaro Delgado Parker estime que protestar en navidad porque no le pagan su sueldo cinco meses es una deslealtad redonda.
Es igual cuando afirma que comprar no es pagar el valor de un bien o una empresa, sino declarar en un papel la intención de hacerlo, por lo que es dueño de dos canales que nunca ha pagado; y cuando actúa convencido que los avales del Estado son gestos de amigos que no tienen que ser honrados.
Las resoluciones de los jueces valen cuando le favorecen. Y siempre encontrará un juez en algún lugar perdido del país que le de la razón que otros veinte le han negado. Ha fundado así nuevos principios para la justicia, que incluyen el uso de matones para ejecutar los fallos a su favor y para impedir que se cumplan los que le van en contra. Ha revolucionado los negocios, las finanzas públicas y el derecho laboral. Todo para que pueda seguir existiendo, aunque sea una sombra, el que fuera poderoso imperio televisivo de los Delgado Parker.
Por eso merece el título de empresario del año y de todos los últimos años. No por tener más dinero, ni empresas demasiado grandes, ni mucho menos inversiones importantes. Hasta su canalote está en franca decadencia. Pero sí por ser un prototipo del espíritu empresarial peruano. Nadie como el Papaúpa encarna a la empresa bajo Toledo, como también lo hizo con Fujimori, con García, Belaúnde, Morales Bermúdez y Velasco. Aún los más poderosos como Dionisio, Woodman, Benavides, Morales y otros se inspiran en su ejemplo.
Eso, por cierto, no lo sabían los señores de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que también cayeron en el cuento de la recuperación democrática con Toledo, y por eso le extendieron un certificado de ser “la otra víctima” del despojo de la dictadura. Hace tiempo que esos tremendos jueces se arrepintieron hasta los huesos por lo que hicieron, sobre todo después de abochornarse con las imágenes de Delgado Parker llorando en las piernas de Montesinos para que le arregle los juicios con su familia y ofreciendo la cabeza de Hildebrandt como moneda de cambio.
Pero Papaúpa no cree en arrepentimientos ni en sanciones morales. Contra toda ley y todo derecho, Genaro administra dos canales que no le han costado su dinero. Y dice que su aval es la Corte de San José y las resoluciones que los gobiernos de Paniagua y Toledo dictaron avalados en la CIDH. Eso basta. Si fue con engaño, ayuda de amigos del régimen, matones y cara dura. Poco importa.
Este año lo cogieron conversando con Olivera sobre asuntos de gobierno del país y sobre sus buenos oficios para llevar ante Kuczynski a inversionistas de Estados Unidos. También fue derrotado en el poder judicial en el caso de la administración de Global Televisión. Mantuvo impaga su planilla y despidió a los que protestaban. Recibió una reprogramación de una vieja deuda con el Estado que nunca pagó, que seguramente tampoco pagará en los siguientes años. Es un campeón y está orgulloso de serlo.
Feliz año Genaro.

Comments: Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?