lunes, agosto 16, 2004

 

Si el Perú fuera un país serio.....

(Liberación, Lima 24-2-2001, p.5)


DECIRES

César Hildebrandt

Genaro Delgado Parker debe terminar en la cárcel


Con la complicidad de los de siempre, Genaro Delgado Parker ha intentado
-sobre todo en el programa de un epiceno de la noche- negar lo innegable,
decir que todo es interpretable y reiterar que él no negoció nada y que no
le debe nada a nadie (ni siquiera explicaciones).

Este delincuente de cuello y corbata, biografiado intempestivamente en una
hora y medio de video, quiere hacer lo que hacen los "blancos" en el Perú
de las aguas tibias: atarantar a los atarantables, emputecer a todos para
que su oficio en las sombras sea menos visible.

Y, claro, navegando en la horchata que es la sangre de nuestra historia,
espera llegar al Ancón de la impunidad de siempre a bordo de su yate con
capitán egipcio "siempre dispuesto para los amigos como usted, doctor
Montesinos
".

La indignidad, en el Perú, no viene jamás sola. La acompañan el cinismo, la
negación, la cláusula, el parágrafo. La escoltan la abogacía a tanto el
párrafo, el grito que sólo los idiotas o malignos (y los idiotas malignos
como el epiceno), pueden tolerar, y la tradición nacional: en las cárceles
sólo hay cholos y serranos indios y negros, nativos y achinados. Esto es la
Sudáfrica de los boers, la Rhodesia de Rhodes, la Alemania aria de los 30.

Como el señor Delgado Parker ha tenido a José Ugaz y a Diego García Sayán
como abogados
, espera, ahora, que se le ofrezcan disculpas por mostrarlo
como es. Podrá decir ahora lo que su regada grosería le aconseje o lo que
Dennis Falvy le susurre. Pero allí está el delito, claro como el agua que
Delgado ya no bebe: en esa reunión entre piratas se retuvo una resolución
judicial; se tramó otra. Y en la reunión siguiente, de cuyo contenido nos
enteraremos próximamente, Delgado Parker llevó la resolución que sus
abogados les escribieron para que Montesinos la "procesara".

Y Montesinos la "procesó". Y los vocales de la mafia la firmaron por orden
de "Asesor". Y Genaro, el paladín de la OEA, el emblema del padecimiento
libertario, ganó así un juicio que le permitió cobrar más de 70 millones de
dólares por sus acciones en Bellsouth.

Esto es delito. Y esto sería juicio y cárcel si el Perú fuera un país en
serio.

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